Cuando la Muerte No Es el Final: una vida nueva a la espera

La muerte nos rodea en formas minúsculas cada día. Se nos muere una planta que olvidamos cuidar, más seguido de lo que nos gustaría, la comida se nos echa a perder, y la bombilla del comedor se funde. Al igual mueren las amistades, las relaciones, y con el tiempo, mueren partes de uno mismo. En Galicia hay más de 3.000 cementerios repartidos por aldeas, parroquias y ciudades. Cada uno de ellos guarda historias, nombres y memorias, recordándonos que la muerte es una realidad presente en cada rincón.

Camino al cementerio Marta, la hermana de Lázaro le dijo a Jesús, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto (Jn 11.21) Luego Jesús le dijo; tu hermano resucitará (Jn11.23) y ella le respondió yo sé que resucitará en el día final (Jn 11.24)

Es, en este momento, cuando Jesús hace esta gloriosa declaración: “Yo Soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque este muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente, ¿crees esto?” (Jn.11.25,26)

¿Qué significa que él sea la resurrección y la vida, si todo debe morir en algún punto? Significa que él tiene el poder de tomar lo que está cansado y por morir para convertirlo en algo nuevo y lleno de vida. Cuando Jesús dice que es la vida y la resurrección, él nos está invitando a comenzar una vida nueva con él. No solo esto, sino al declarar “Yo Soy,” Jesús establece que no solo puede dar vida, sino que él es la vida. La vida únicamente se puede encontrar en él. Por eso nos invita a dejar caer las partes muertas de nuestro interior para ser hechos nuevos en él.

Jesús no solo resucitó a Lázaro después de cuatro días de muerto, también te quiere resucitar a ti. La voz que le dijo a Lázaro – ¡sal fuera! – es la misma que te dice: que si oyes su palabra tendrás vida eterna, y no vendrás a condenación, y pasarás de muerte a vida. (Jn.5.24)

Quizá la idea de dejar ir partes nuestras por algo desconocido nos asusta o parece extraño, pero algún día se tiene que cambiar la bombilla del comedor. No se puede vivir en la oscuridad. Es solamente cuando dejamos que Jesús nos tome en su mano, y nos cambie en algo nuevo, que podemos dar luz. Y la vida nueva que él ofrece nunca muere, nunca acaba, y nunca fallará. Clámale a Él, dile que te resucite. Hoy es el día de salvación, confía en Jesús.

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